7.BIBLIOGRAFÍA:
HEPATITIS B
Bibliografía:
Smeltzer S. Bare B. Valoración y tratamiento de pacientes con trastornos hepáticos. En: Brunner & Suddarth. Enfermería Médico-Quirúrgica. Vol II. 10ª ed. México,D.F. McGraw-Hill Interamericana; 2010. p.1186-1239
He elegido este tema dentro de patologías hepáticas debido a que como
dentro de poco comenzamos las prácticas en centros de salud o en el hospital y
nos recomendaron que comprobáramos si estábamos vacunados de la Hepatitis B
porque trabajar con agujas y en contacto con la sangre supone un factor de
riesgo para nosotros de contraer esta enfermedad, y me gustaría saber un poco más
sobre los síntomas y la enfermedad en general.
La causa más común de una enfermedad hepática en países desarrollados
es el consumo excesivo de alcohol (hepatopatía hepática). Los trastornos
relacionados con el alcohol, como la hepatitis y la cirrosis alcohólica, son
cinco veces más frecuente que cualquier tipo de trastorno hepático. Pero también
una causa muy importante son los ataques de patógenos como virus, infecciones bacterianas
o parasitarias
Se usa el término hepatitis para la inflamación del hígado
en general y que puede deberse a virus de la hepatitis A (VHA), B, C, etc. Es
posible que las bacterias lleguen a través de los conductos biliares originando
colangitis o abcesos hepáticos. Entre las parasitosis que pueden afectar al hígado
se hallan las esquistomiasis, la hidatidosis...
Las hepatitis pueden ser agudas y crónicas (estas últimas se
generan cuando el proceso inflamatorio se prolonga más de seis meses).
En esta bibliografía voy a tratar las hepatitis víricas, en
concreto la Hepatitis B
(VHB): hepatitis sérica.
La Hepatitis B sigue siendo una de las principales
enfermedades afecciones no superadas a las que se enfrenta la humanidad, tanto
si la patología es aguda o crónica supone un alto grado de lesión del hígado.
Este virus tiene un periodo de incubación de seis semanas,
durante este tiempo se encuentra en el torrente circulatorio. En cuanto a la destrucción
de las células hepáticas estas no son destruidas por el propio virus sino por
la respuesta inmune del organismo frente las células que presentan antígenos víricos.
Sus manifestaciones clínicas generalmente son ictericia, nauseas,
malestar, cefalea, anorexia, orina oscura y heces grasas y acólitas. Además de
un aumento del tamaño del hígado. En la última etapa de la enfermedad se puede
producir cirrosis
-
La transmisión
se puede dar por vía
·
Parenteral o percutánea
·
Sexual
·
Perinatal
·
Horizontal (contacto cercano persona-persona)
Por último añadir que las personas que formal el grupo de riesgo
de esta patología son pacientes en hemodiálisis o politransfundidos, individuos
que cambian frecuentemente de compañero/a sexual, personas de centros de
acogida de refugiados y todo el personal sanitario en contacto con sangre y
agujas.
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