En esta práctica llevamos a cabo esta técnica, que consiste
en la introducción de un tubo flexible que puede ser de diferentes tamaños (de
silicona, de poliuretano o de polivinilo) a través de una de las fosas nasales
en el estómago del paciente.
Esta técnica puede servir para extraer sustancias que el
estómago no puede digerir y están afectando al paciente o para la nutrición
enteral la cual aporta sustancias nutritivas directamente al aparato digestivo.
EQUIPO Y MATERIAL NECESARIO
Esta práctica la hace la enfermera con ayuda del auxiliar de
enfermería.
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Sonda nasogástrica
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Guantes no estériles
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Lubricante hidrosoluble para aplicar en el
extremo de la sonda
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Gasas
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Jeringa de 50 ml para comprobar extrayendo
líquido cuando lleguemos al estómago o para limpiar la sonda
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Esparadrapo para fijar la sonda
PROCEDIMIENTO
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Preparar el material antes de empezar con la
técnica
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Explicar al paciente consciente lo que se le va
a hacer y por qué
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Colocar al paciente en la posición adecuada,
tanto para él como para la enfermera
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Cubrir el pecho con la toalla, lavarse las manos
y ponerse los guantes
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Examinando los orificios nasales, sabremos cuál
es el más adecuado para introducir la sonda
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Determinar la longitud de la sonda midiendo
distancias en el cuerpo del paciente y marcar la longitud con un rotulador
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Lubricar el extremo que se va a introducir por
la fosa nasal e ir introduciendo la sonda por el orificio nasal, haciéndola progresar
suavemente hasta el estómago (pidiendo
al paciente que trague saliva o incluso líquido para ayudar el avance de la
sonda)
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Comprobar que la sonda se ha introducido bien
aspirando contenido gástrico con la jeringa
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Fijar la sonda a la cara o a la cama con
esparadrapo, de la manera más cómoda para el paciente
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Para mantener la sonda, hay que limpiar los
orificios nasales frecuentemente con suero fisiológico y lavarla con agua
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La retirada de la sonda se realizará con un
movimiento continuo y moderadamente rápido
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