domingo, 26 de octubre de 2014

BIBLIOGRAFÍA 5

GASTRITIS Y ÚLCERA PÉPTICA


  • Williams LS, Hopper PD. Función, valoración y medidas terapeúticas de los sistemas gastrointestinal, hepático y pancreático. En: Enfermería Medicoquirúrgica. 3ª ed. México DF: Mc Graw-Hill; 2007. p. 706-709.


He decidido escoger el tema de la gastritis y de la úlcera péptica para ampliar mis conocimientos sobre ellos, ya que conozco a algunas personas de mi entorno que ha padecido alguno de ellos. Tras buscar en varios libros, he escogido este, porque me ha servido de mucha ayuda para entender todo y satisfacer mis dudas sobre dichas patologías. También he añadido algunas imágenes cogidas de internet para facilitar la comprensión.

El tracto gastrointestinal es susceptible de sufrir varios tipos de enfermedades, agudas o crónicas, cada una de ella puede afectar a distintas partes de este. En esta bibliografía me centraré en el estómago y en el intestino delgado, y veremos dos afecciones que les pueden afectar.

La primera de ellas, es la gastritis que es la inflamación de la mucosa gástrica debido a que la barrera protectora se rompe y esto lleva a que el ácido clorhídrico y la pepsina provoquen una erosión en la mucosa, con edema y hemorragia.

El principal signo y síntoma es el dolor abdominal, que va acompañado de anorexia y vómitos. A ellos se le pueden sumar la hematemesis y la diarrea.

Las causas de esta enfermedad son: tabaco, alcohol, alimentos contaminados, traumatismos, Helicobacter Pylori, Salmonella, estrés, medicamentos.

La gastritis crónica se presenta a lo largo del tiempo, y se clasifica en dos tipos:
-          Tipo A: es autoinmune y se da en el fundus. Suele ser asintomática, los pacientes no logran secretar suficiente factor intrínseco de sus células gástricas y cómo resultado no absorben bien la vitamina B12, provocando así una anemia perniciosa.
-          Tipo B: afecta al antro y al píloro. Es resultado de una infección por Helicobacter Pylori. Es la más común y sí que muestra síntomas como: naúseas, pirosis, dolor abdominal.



En cuánto a la enfermedad por úlcera péptica, esta afección está asociada con Helicobacter Pylori que provoca el 80% de las úlceras gástricas y duodenales. Además, tenemos unos cuantos factores de riesgo como son el tabaco, el estrés y los medicamentos.

Fisiopatología, la bacteria provoca la erosión de las capas del estómago, duodeno, esófago, puediéndose extender hacia capas más profundas y llegar al peritoneo.

Signos y síntomas, pueden variar con la localización de la úlcera, pero por lo general encontramos, ardor, dolor abdominal, náuseas, vómito, sangrado.

Para el diagnóstico, se emplean diversas pruebas como:
-Prueba de urea en aliento ( ya que en presencia de la bacteria la urea se metaboliza muy rápido).
-Prueba de detección de anticuerpos IgG para H. Pylori.
-Biopsia.

El tratamiento empleado más común es la terapia triple, que consiste en la toma de dos antibióticos (amoxicilina y claritromicia) y un supresor de la secreción gástrica.

Entre las complicaciones que encontramos tenemos: sangrado, perforación y obstrucción. El sangrado va desde sangre oculta en las heces, hematemesis hasta sangre rojo brillante, más común en adultos con úlcera gástrica. La perforación es una complicación grave que aparece sobre todo en el duodeno y se extiende por el peritoneo, la intervención quirúrgica que se lleva a cabo es la limpieza de la cavidad peritoneal y el cierre de la perforación, en algunos casos es necesario hacer una piloroplastia o una vagotomía.


El principal objetivo de los cuidados de enfermería en pacientes con úlcera péptica es la educación sobre su diagnóstico. Valorar los conocimientos del paciente ayuda a suministrar información adecuada para controlar la enfermedad. Es importante buscar factores que desencadenan o alivian los síntomas.


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