Un paciente quirúrgico es aquel que es
intervenido mediante operaciones, y pueden ser entendidas como técnicas tales
como vendajes, puntos, sondajes,
quemaduras, operación (cirugía mayor) entre otras; mientras que un paciente médico es aquel que es atendido para valorar un diagnóstico y después
proceder según la patología que tenga.
Son los problemas de salud reales o
potenciales del paciente que la enfermera puede resolver de forma
independiente. El diagnóstico enfermero es el acto que identifica y
etiqueta las respuestas a los problemas potenciales o reales de salud de un
paciente, proporcionando la base para seleccionar aquellas intervenciones que
sean de nuestra responsabilidad.
Son los intentos de prever las
previsiones respecto a la evolución futura de un proceso patológico que afecta
al paciente.
Consiste en el reconocimiento físico
planificado y organizado del paciente que permite detectar las posibles
alteraciones. Es la primera evaluación que se lleva acabo al paciente para
identificar y tratar aquellas lesiones que constituyan una amenaza vital, y así
poder iniciar su tratamiento de inmediato con la finalidad de mejorar o
mantener la salud del individuo.
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