viernes, 19 de septiembre de 2014

BIBLIOGRAFÍA 1

EL PROCESO DE VALORACIÓN DE ENFERMERÍA.

  •       Williams LS, Hopper PD. Pensamiento crítico y el proceso de la enfermería. En: Enfermería Medicoquirúrgica. 3ª ed. México DF: Mc Graw-Hill; 2007. p. 5-7
  •  Smeltzer SC, Bare BG. Valoración de la salud. En: Brunner y Suddarth. Enfermería Medicoquirúrgica. Vol 1. 10ª ed. México DF: Mc Graw-Hill; 2005. p. 67-78


He decidido escoger estos dos libros porque me aportan la información necesaria para comprender la materia impartida en clase sobre “el proceso de valoración de enfermería”, además, se complementan y viene todo muy claro, con ejemplos y definiciones. Son libros extensos de donde podemos sacar la información pertinente para llevar a cabo un proceso correcto de valoración, ya que esto es clave para seguir con el resto del proceso.


Las personas recurren a buscar ayuda a los profesionales cuando algo no va bien, cuando sienten que hay alguna molestia o problema que resulta un impedimento para su vida cotidiana. En este momento es cuando entramos en juego los enfermeros, como profesionales de la salud, nuestra labor es diagnosticar el problema o problemas del usuario y ayudarle.

Pues bien, para ello utilizamos el denominado “proceso de valoración de enfermería”, este proceso se basa en la recogida de datos, tanto objetivos como subjetivos, para llegar a elaborar un diagnóstico correcto. El proceso de valoración incluye: una observación estructurada, una entrevista personal, exploración física y exploraciones complementarias.

La observación del paciente es un método que nos puede dar mucha información acerca del usuario.  Debemos fijarnos en el estado de salud del paciente (si está bien, está cansado, se siente mal), el estado de conciencia (si está atento, inquieto, desorientado), la postura que tiene, si al hablar tartamudea, si tiene mal aliento, su olor corporal como es. Todo ello nos ayudará a complementar información junto con la entrevista y la exploración física.

Hay que tener en cuenta algunos aspectos muy importantes a la hora de llevar a cabo la entrevista, como la comunicación con el paciente, debemos transmitir confianza, no presionarlo, entenderlo y escucharlo, observarlo (complementa la información), animarlo y no juzgarlo por sus creencias o ideas. Además, de la aportación de datos que nos da el usuario también podemos recurrir a una recogida de datos secundaria como es la historia clínica, la familia, en caso de personas drogodependientes que recurren a la negación, niños,… Para llevar una entrevista organizada podemos hacernos un esquema utilizando los patrones funcionales de Marjory Gordon (tabla 1). Debemos emplear preguntas abiertas y verbos que animen al paciente a contarnos lo que siente, no interrumpirlo, hacerle ver las contradicciones, mostrar empatía, focalizar las preguntas en el problema principal.

El siguiente paso es la exploración física, que trata de 4 fases: inspección, auscultación, palpación y percusión. Todas ellas, deben explicarse al paciente y realizarlas teniendo presente la humanización, trabajamos con personas, no con objetos. Para realizarla de una forma sistemática y efectiva podemos emplear la guía de la cabeza a los pies.

Después procederemos a hacer algunas pruebas complementarias si fueran necesarias como exámenes bioquímicos e inmunológicos.

Al final de la valoración, habremos logrado realizar un diagnóstico del paciente.

Es importante que la valoración sea un proceso continuo que va hasta el final, siempre se podrán ir incluyendo nuevos datos que nos ayuden y nos ayudará a evaluar resultados e identificar nuevos problemas.




Bibliografía tabla: http://zl.elsevier.es/es/revista/trastornos-adictivos-182/enfermeria-adicciones-el-modelo-teorico-h-peplau-13045095-area-clinica-2003



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